El Martirio en la Historia de la Iglesia.


MARTIR = TESTIGO QUE HA DERRAMADO SU SANGRE POR LA FE.

No incoar el proceso de los presuntos mártires, sería infringirles un segundo martirio.
  1. En los primeros siglos el santo fue el mártir o el apóstol.
  2. Después se reconoció este don al obispo y pastor heroico, a la virgen fiel y al monje 
    heroico.
  3. En el periodo de la conversión de las naciones de Europa muchos santos reyes y reinas fueron inscritos en el catálogo de los santos.
  4. Llegó posteriormente la estación de los santos de la caridad y de la humildad, de los santos sacerdotes, de los fundadores y misioneros.
  5. Hoy se estima de modo particular la santidad laical, la de los cónyuges y de los jóvenes.

En esta evolución, el martirio es una constante. Cada siglo ha tenido sus
mártires y los tendrá siempre.

Primeros martires de la IglesiaRomana-30

1. La Palabra MARTIR

El término martirio/mártir aparece en el Nuevo Testamento para designar al simple testigo de un hecho, y también a un testigo particular de la vida, muerte y resurrección de Cristo’.

En sí equivale a anuncio.

Más adelante hay textos que se refieren a un testimonio corroborado con la sangre. En la arenga de Pablo en Jerusalen, el apóstol afirma que «cuando se derramó la sangre de tu testigo Esteban, yo también me hallaba presente» (Hch 22,20).

Como se ve, progresivamente, casi sin quererlo, la palabra griega que significa testimonio pasó al latín significando un testimonio especial, el de quien ha derramado su sangre por la fe.

Constreñidos por las autoridades, los cristianos se veían obligados a «confesar» su fe. Su proclamación, como la de Policarpo: «Jesús, y no el emperador, es el Señor» era semejante a la del bautismo.

Era digna de fe porque el juez la «creía». El cristiano se convertía así en «testigo» privilegiado porque la muerte sellaba la fe de su vida.

La muerte que seguía a los procesos derivaba de la confesión del nombre y no de la confesión de un delito. En otras palabras, si no hubieran sido cristianos no habrían sido condenados.

La causa, por lo tanto, era la fe en la persona de Cristo. La razón teológica de la glorificación del mártir está consignada en estas palabras:

«El que pierda su vida por mí, la encontrará». (Mt 10,39).

El mártir confiesa a Cristo y da su vida por él. Es decir, demuestra «el amor más grande» que es el de dar la vida (Jn 15,13). »En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros; así también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos’ (1 Jn 3,16).

Dos son, los elementos esenciales del martirio:

1) El martirio material:

El mártir no debe morir por enfermedad, o en la cárcel o sólo a continuación de ella, sino que debe espirar precisamente a causa de ella.

2) El martirio formal:

  1. a) de parte del perseguidor se requiere el «odium fidei«. El motivo debe ser una actitud de hostilidad hacia el cristiano en cuanto discípulo de Cristo. En su obrar se debe manifestar odio contra Dios, Cristo, su doctrina o su Iglesia, o también el deseo de obligar al cristiano a cometer acciones pecaminosas.
  2. b) de parte del mártir: no basta morir, se debe ver «cómo» muere. Para que el martirio sea reconocido como tal, es necesario que el mártir «dé su vida», no que simplemente se la quiten. No es suficiente morir o sufrir por la fe, es necesario «ofrecer la vida» por ella, es necesario aceptar la muerte por amor a la fe.

Evolución del martirio en las distintas épocas:

datos y tendencias.

El concepto de martirio no ha sido siempre el mismo. Un primer elemento comienza a estar claro desde el siglo ll: la distinción entre quien muere, (el mártir), y quien sufre solamente, (el confesor).

Convertido al cristianismo el Imperio romano, aparentemente sólo en su periferia podía encontrarse el martirio. Así, por ejemplo, fue mártir San Bonifacio en cuanto que fue matado por los «paganos». Poco a poco se llegó a percibir cómo ciertas persecuciones podían desencadenarse en ambientes cristianos, provocadas por príncipes cristianos
inducidos a matar a cristianos por odio a principios evangélicos.

La ley del martirio es ésta:

«el cristiano no debe exponerse por sí mismo a la persecución,

y ello para ahorrar un crimen a los infieles

y para no exponer la propia debilidad:

pero cuando nos encontramos cara a cara con la lucha,

no debemos sustraernos.

Es temerario exponerse,

es de cobardes retraerse»

TIPOS DE MARTIRIO

Algunos dicen que existen dos o tres tipos de martirio, que se consideran una cruz para el hombre, a saber: martirio blanco, verde y martirio rojo. 

Existen tres tipos de martirio, que se consideran una cruz para el hombre, a saber: martirio blanco, verde y martirio rojo.  

 

 

a) Martirio rojo se refiere a entregar la vida física, dando testimonio hasta la muerte. El rejo, en este caso, se asocia con la sangre derramada.

b) Martirio blanco se define habitualmente como el ser perseguido a causa de la fe, pero sin derramar sangre alguna. Consiste en vivir una vida valiente por Cristo, pero sin que le pidan morir por ello. El martirio blanco consiste en que un hombre abandone todo lo que ama por devoción a Dios, aunque allí sufriera ayuno y labores.

c) Martirio verde consiste en que, a través del ayuno y el trabajo, uno se libere de sus deseos malignos, o sufra angustias de penitencia y conversión. Es más específico y se centra en la penitencia y el ayuno extremos por amor a Dios. Este tipo de martirio se asocia normalmente con los eremitas de Egipto, que influyeron enormemente en el monacato irlandés. Esto explica por qué tantos monjes irlandeses se retiraron a lugares de extrema solicitud y clima severo; un ejemplo claro es el monasterio de Skellig Michael.

Esto tres martirios representan diferentes caminos hasta el paraíso, pero todos comparten una cosa en común: un corazón ardiente con el amor de Dios. Podría decirse incluso que estos son “tres caminos de amor”, formas en las que podemos expresar nuestro amor a Dios y Su misericordia hacia nosotros.

 

PREGUNTAS

  1. ¿Cuál es el concepto teológico de SANTO?

Santo es el cristiano que, mediante la gracia santificante, se identifica en plenitud con Jesucristo, Dios encarnado; y que además, ha sido canonizado por el Papa.

Los santos pueden ser confesores o mártires.

 

2. Quiénes son los santos Confesores:

son los que mueren de muerte natural y mártires los que sufren muerte violenta por ser fieles a Dios.

3. ¿Qué significa la palabra mártir?

La palabra mártir es de origen griego: Martyros Μαρτυροσ y significa TESTIGO, el que da testimonio de creer en Cristo, de esperar en Cristo y de amar a Cristo, hasta el derramamiento de su propia sangre.

4. ¿Qué es necesario para que ser declarado mártir?

A partir del siglo IV se fija en el hecho de morir: la muerte, la confesión de la fe y la aceptación de la muerte. Varios siglos después Benedicto XIV precisó los elementos del martirio en su Obra: “De servorum Dei beatificatione et beatorum canonizatione”. Elementos del martirio: 1. Perseguidor 2. Pena o elemento objetivo material 3. Causa o elemento formal 4. Persona.

5. Cuántos y cuáles son los elementos esenciales del martirio:

Son dos los elementos esenciales del martirio:

  1. Martirio Material y
  2. Martirio formal.

a) El martirio material:

El mártir no debe morir por enfermedad, o en la cárcel o sólo a continuación de ella, sino que debe espirar precisamente a causa de ella.
b) El martirio formal:

  1. a) de parte del perseguidor se requiere el «odium fidei«. El motivo debe ser una actitud de hostilidad hacia el cristiano en cuanto discípulo de Cristo. En su obrar se debe manifestar odio contra Dios, Cristo, su doctrina o su Iglesia, o también el deseo de obligar al cristiano a cometer acciones pecaminosas.
  2. b) de parte del mártir: no basta morir, se debe ver «cómo» muere. Para que el martirio sea reconocido como tal, es necesario que el mártir «dé su vida», no que simplemente se la quiten. No es suficiente morir o sufrir por la fe, es necesario «ofrecer la vida» por ella, es necesario aceptar la muerte por amor a la fe.

6. ¿Quiénes fueron los primeros mártires en la Iglesia?

  • El Rey de los Mártires es Jesucristo nuestro Señor, quien murió crucificado y resucitó en el año 33.
  • Poco después fue martirizado el diácono Esteban, y en pocos años también
  • los Doce Apóstoles y miles de cristianos, perseguidos por los emperadores romanos. Un  ejemplo es el Obispo de Esmirna San Policarpo, quien fue quemado vivo en el año 155.

7. ¿Cómo proclama la Iglesia a los mártires como santos en los primeros siglos?

En los primeros años los mismos fieles aclamaron a los mártires, convencidos de su santidad. Pero pronto esa aclamación pasó a ser un derecho exclusivo de los obispos. A partir del siglo XI los papas comenzaron a reservarse las canonizaciones. Y el Papa Urbano VIII, el 5 de julio de 1634, ordenó que en adelante ya no se diera culto a nadie sin que antes se hiciera un Proceso de beatificación aprobado en Roma; y si a alguien se le comenzaba a dar culto antes de ese Proceso, quedaba suspendida su causa de beatificación.

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